El pasado 15 de diciembre, durante la asamblea anual de socios, Miguel Azofra fue nombrado presidente de la Sociedad Riojana de Medicina de Familia y Comunitaria, SrMFyC, tras la salida de Miguel Ángel Gallardo Doménech. Este médico de familia lleva ligado a la junta directiva desde 2014, cuando comenzó su labor de tesorero.
Apenas lleva unos meses en el cargo, pero desde entonces está centrando sus fuerzas en acercar la especialidad al ciudadano, pero también a la administración. Lo cuenta él, al igual que sus planes a medio plazo, los retos y fuerzas de su federada en este entrevista.
¿Qué te empujó a dar el paso hacia la presidencia?
Mi interés por intentar ser capaz de acercar la especialidad de medicina de familia y comunitaria a la sociedad en general, al ciudadano, al paciente y a la administración sanitaria, ya que esta debe velar por unas condiciones de trabajo óptimas que permitan el desarrollo de nuestras capacidades para dar lo mejor de nosotros para toda persona que precise nuestros consejos y ayuda.
Con la marcha de Miguel Ángel Gallardo Doménech, nuestro anterior presidente, había que seguir adelante con la formación y divulgación que viene realizando nuestra sociedad científica desde hace años.
También es imprescindible dar un nuevo impulso a la actividad comunitaria, fomentando las actividades de prevención y promoción de la salud. Todo ello, no solo desde la consulta médica, sino también saliendo a nuestros barrios, ya que si lo hacemos de modo integrado, favorecemos la salud de la población.
¿Cuáles han sido tus objetivos justo después de tu nombramiento?
En primer lugar, tener unos inmejorables compañeros y compañeras de Junta Directiva. Creo que es fundamental para formar un gran equipo.
A continuación, había que reorganizar nuestros grupos de trabajo y programas, ya que son los elementos claves para avanzar como sociedad científica, elaborado documentos de calidad, impartiendo formación a socios y facilitando la divulgación sanitaria a la población en general.
¿Y cuáles lo serán para los siguientes años?
Aumentar la participación comunitaria mediante la formación y colaboración con diferentes entidades profesionales así como con las asociaciones de pacientes de La Rioja.
¿Cuáles son los principales retos que tiene la MF en tu comunidad?
Supongo que similares al resto de comunidades autónomas. Recuperar el entusiasmo vocacional de nuestros compañeros y compañeras de profesión. Para ello, es muy relevante darle visibilidad a la medicina de familia en la sociedad riojana. Hacer llegar, tanto los pacientes como la administración el valor que tiene nuestra labor en el día a día. Para llegar a ser médico o médica especialista en Medicina Familiar y comunitaria hemos de haber superado los seis años de licenciatura, un examen MIR y cuatro años de formación con un programa muy completo de especialización en diferentes campos sanitarios.
¿Para resolverlos, cuál es tu hoja de ruta?
Tenemos que trabajar con la calidad que requiere nuestra profesión. Para ello, es fundamental una actualización constante de nuestra formación y motivar a los socios a que participen en los talleres, jornadas y demás actividades de la sociedad.
Cara a la comunidad, hemos de ser capaces de transmitir a la ciudadanía la idea de que somos el especialista de referencia para la mayor parte de las situaciones de vulnerabilidad que puedan presentarse.
Finalmente, debemos hacer ver a los poderes públicos que gestionan el sistema sanitario, que tienen que velar para que todo lo anterior pueda llevarse a cabo, aportando los medios necesarios, tanto humanos como materiales, para una asistencia basada —y actualizada— en la evidencia científica.
¿Cuáles son las principales fortalezas de tu federada?
Somos una sociedad con una larga trayectoria en nuestra comunidad. Tenemos la suerte de contar con el apoyo tanto de los socios fundadores como de los más jóvenes, que son los residentes de medicina de familia y comunitaria. Se aporta así un aire fresco a todas las actividades que realiza nuestra sociedad. Entre unos y otros, hemos llegado a ser la sociedad científica más numerosa de La Rioja y el referente científico y profesional de los Médicos de Familia.
Otro aspecto a destacar de nuestra federada es que al estar en una comunidad autónoma uniprovincial, se facilita el diálogo entre diferentes colectivos y ámbitos sanitarios, para mejorar, por un lado, nuestro quehacer diario y, por otro, la calidad asistencial a nuestros pacientes.
Por último, aunque existen muchas otras fortalezas, quiero hacer mención al entusiasmo de nuestra nueva junta directiva y al afán de superación de la misma, para situar a la medicina de familia y comunitaria en el lugar de liderazgo que la asistencia sanitaria se merece.
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