El especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Juan Antonio López asume por primera vez un cargo en la Junta Permanente de la semFYC. Él es el vocal de la Sección de Internacional y Formación de la sociedad, un puesto al que accede con energía e ilusión para aportar en estas áreas.
En esta entrevista, nos habla acerca de su trayectoria profesional, el legado que deja su predecesor y las líneas de trabajo que quiere impulsar y desarrollar en esta nueva etapa.
—¿Cuál es tu experiencia en los campos de internacional y de formación?
Hace casi 20 años que inicié mi formación en medicina y más de 10 años que comencé mi formación MIR y ya, desde los inicios, durante el grado, he tenido puesto el foco en la importancia de la internalización e intentar aprender la práctica de la medicina en otras sociedades con su correspondiente adaptación cultural de cada entorno.
Durante mi Erasmus en Cardiff (Gales, Reino Unido) pude aprender desde el primer día lo que significó que la Universidad de Cardiff distribuya a sus estudiantes en rotaciones por toda la comunidad o región, aprendiendo una práctica médica muy centrada en la comunidad y en las necesidades específicas de cada región.
Llegar a entrevistar clínicamente a un paciente en otro idioma, con sus formas de enfermar y expresar la enfermedad, con sus peculiaridades propias de su cultura de origen, permitió que volviese a España después de un año con un bagaje y con muchas ganas de seguir aprendiendo. Mi relación posterior con el mundo de la investigación, de la misma forma y con esta experiencia previa, me permitió trabajar con otros compañeros en proyectos europeos, lo cual nos permite llevar también nuestra forma de hacer las cosas y la representación de la población española en la investigación que se realiza en Europa.
Desde 2015 empecé también a trabajar como profesor asociado en la Universidad Rey Juan Carlos, con docencia en los grados de Fisioterapia y Medicina, Máster de Epidemiología y Salud Pública, y como parte de la Escuela Internacional de Doctorado, donde dirijo mis primeras tesis doctorales. Ha sido también foco durante este tiempo, la formación continuada de profesionales sanitarios en competencias de investigación y en salud mental, entre otras.
—¿Qué te lleva a asumir este compromiso en una edad tan temprana?
Existe una visión de la Medicina de Familia, de la medicina en general y de la comunidad que yo he aprendido a través de mis profesores y mis tutores del centro de salud cuya esencia está en la semFYC.
Mi doble papel asistencial e investigador y docente, los tiempos cambiantes, las amenazas a esta visión de la medicina y la comunidad, y la continuidad de esto en las nuevas generaciones me han hecho pensar que es buen momento para empezar a devolver a esta sociedad la visión que hace ya 15 años empezaron a inculcarme mis maestros de la medicina de familia.
La dedicación a estos dos ámbitos, formación e internacional, son muy exigentes y creo que esto coincide con un buen momento vital en el que tengo disponibilidad, energía e ilusión para aportar en esas áreas.
—¿Qué legado te deja tu predecesor en este cargo, José Miguel Bueno?
José Miguel ha trabajado de forma titánica durante más de 10 años, elevando la Medicina de Familia española y nuestra sociedad al lugar internacional en el que se encuentra. Ha trasladado los valores de nuestra organización a nivel europeo e internacional, cuidando de cada detalle y de cada socio que en algún punto ha estado relacionado a nivel internacional.
He trabajado todavía poco con él, pero la transición y el tiempo que estamos compartiendo por este cambio para aprender está siendo muy enriquecedor y deja el listón a un nivel que requerirá mucho esfuerzo, guía e ilusión para al menos mantener.
—¿Cuáles son tus objetivos en esta nueva etapa?
Desde el punto de vista de la formación, uno de los objetivos principales será volver a revisar periódicamente las necesidades educativas concretas que presenten nuestros socios en sus diferentes etapas formativas (premir, MIR, JMF y subsecuentes), prestando especial atención a mejorar la oferta formativa alternativa en Medicina Familiar y Comunitaria, ya desde la formación universitaria, y manteniendo la filosofía y valores que desde la semFYC incorporamos.
Por otro lado, revisar los ejes principales y las áreas temáticas que ofrecemos, incorporando las nuevas técnicas que ya van formando parte del arsenal diagnóstico y terapéutico de los profesionales. En este sentido, será un objetivo elaborar anualmente la correspondiente oferta formativa mediante un Plan de Formación y su correspondiente Catálogo de Formación anual.
En el ámbito internacional, los objetivos se centrarán en mantener el liderazgo del que ya dispone nuestra sociedad en Wonca Europe, Wonca World y CIMF. Además, nos centraremos en mejorar las relaciones institucionales participando en las administraciones y órganos de gobierno europeos en la medida de lo posible, así como participando en iniciativas de investigación y formación europeas que a través de nuestras redes puedan surgir.
—¿Crees que en tu ámbito el papel de la Junta tiene que ser continuista?, ¿o prevés que se desarrollen cambios?
Necesariamente hay que “subirse a hombros de gigantes” que te permitan continuar en la senda de los grandes esfuerzos ya iniciados y que tanto fruto han traído. Sin embargo, el gran Unamuno ya anunciaba que “el progreso consistía en renovarse” y por tanto de ahí la dicha “renovarse o morir”.
Creo que podemos conseguir que las generaciones que han visto nacer y construir esta especialidad con los ideales de los que disponemos puedan sentirse reflejados en la forma en la que se va transmitiendo y en la que llega nuestra visión de la medicina a las nuevas generaciones con enfoques, perspectivas y perfiles distintos.
—¿Qué repercusión consideras que debe tener la semFYC a escala internacional?
Como la semFYC, todos los socios, la junta permanente, la junta directiva, la estructura y todos los que de una forma o de otra colaboramos en ella, tendremos que dar la visibilidad a nivel internacional a la forma en la que se ejerce la medicina familiar y comunitaria manteniendo nuestros valores de excelencia e independencia científica para conseguir los mejores resultados para el sistema y para nuestros pacientes.
Será una buena repercusión a largo plazo conseguir que la población que atendemos se encuentre representada en la investigación internacional y nuestra participación en todos los ámbitos para tener una buena representación, así como el establecimiento de unas redes estables de profesionales con los mismos intereses y el mantenimiento de las ya existentes.
—En cuanto al campo de la formación, ¿qué papel tiene que adoptar la semFYC?
A la semFYC le corresponde el liderazgo de una formación en valores y visiones de la medicina que, desde la transversalidad, abarque toda la formación de un profesional de la medicina adaptándose a la situación científica y los tiempos en los que se encuentre el sistema sanitario. En resumen, enseñar a aprender con la mirada de la Medicina Familiar y Comunitaria.
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